Ahora que están tan de moda la cámaras instantáneas, algunas tan de moda como la Instax Mini 9 y modelos anteriores, ha llegado el momento de que alguien hable de un tema tabú: Cámaras instantáneas digitales.
Si en algún momento de tu vida te has planteado comprar una cámara instantánea (para ti o para un regalo) y uno de los grandes impedimentos que te ha echado para atrás ha sido lo de «no ver lo que fotografías» que sepas que ― como diría María Jiménez ― ¡Se acabó!
Los principales «contras» de las cámaras instantáneas se han esfumado, volatilizado, desintegrado… Más o menos. Los contras son como la energía y la celulitis, ni se crean ni se destruyen, solo cambian de sitio.
Como usuaria activa de cámaras instantáneas que soy y, en mi palmares brillan lustrosas mis queridas y adoradas Instax Mini 25 y Lomo’Instant Bora Bora, conozco y he sufrido en mis propias carnes la desesperación de echar una foto y que salga sobre expuesta, totalmente oscura o peor… MO-VI-DA. Ya hablaré más adelante en otro post sobre Tips para hacer fotos con una cámara instantánea y no morir en el intento.
Habrá quien diga: Pues usar una cámara instantánea es como una cámara normal (ñiñiñiñi) ¡Y un nabo! Desde que se inventaron este tipo de cámaras que fue muchísimo antes que las digitales la problemática fue la misma y continúa hasta nuestros días: No tienes ni idea de cómo va a salir. El encuadre es bueno, la luz también (o eso crees) y el modelo/estatua/paisaje está lo suficientemente quieto como para que salga bien. Das el paso, pulsas el botón, sale el papel en blanco, esperas, sigues esperando, se empieza a vislumbrar algo y ¡PUM! por arte de magia la pedazo de foto magistral que habías visto a través del visor se ha convertido en una patata. Torcida, mal enfocada, oscura, el modelo sale medio bizco y mil millones de movidas más. Y no hay vuelta atrás, un euro de papelito fotográfico para nada.
Ahora que ya os he puesto en situación ha llegado el momento de hablar de la solución a todos nuestros problemas… fotográficos.
Recientemente he adquirido, aprovechándome de algún que otro chollito en Amazon, la Fujifilm Instax SQ20, la hermana mayor de la SQ10. Aquí is dejo el link por si queréis echarle un vistacillo pero os recomiendo que, si os decidís a comprar, terminéis de leer el post.
Tal y como decía antes, los contras no se han desvanecido completamente, solo han cambiado un poco. Si hay dos cosas que diferencian a la Instax mini 9 y predecesoras de su hermana híbrida son las siguientes: los colorinchis y el precio. No hace falta ser un lince para ver que la mundialmente conocida Instax Mini 9 goza de un amplio abanico de colores (pasteles, ediciones especiales de los Minions, de todo…) y el precio por esta discreta y competente cámara es de 64 € actualmente (en promoción, 84€ era su precio inicial) pero nada que ver con cómo se nos presentan las de la familia SQ de Fujifilm (si eres estudiante o tu presupuesto es muy ajustado y vas detrás de una cámara híbrida corres el riesgo de sufrir un infarto de bolsillo).
La SQ10 en color blanco ronda los 180€ y en negro 200€ mientras que la SQ20 en color beige o negro se mantienen en 192€. Que no os confunda la diferencia de precio, son modelos distintos con características algunas comunes y otras no tanto.
Así que sin irme más por las ramas os dejo por aquí un resumen super currado sobre la comparativa entre la Instax SQ10 y la SQ20. Si finalmente la compráis, no dudéis en dejar en los comentarios qué os parece o si mi post os ha ayudado a decidiros.
SQ20 vs SQ10 ¿Cuál comprar?
- Ambas comparten el formato SQUARE, esto significa que las fotos son cuadradas y que no sirven los cartuchos de la Instax mini y tampoco los de la Instax Wide. Es algo importante para evitar comprar fotos que no se vayan a poder usar.
- Son híbridas, tienen pantalla, efectos y puedes elegir qué foto imprimir incluso hacerlo varias veces.
- ISO de 100 a 1600 significa que se puede ajustar o manual o automáticamente para hacer fotos con baja luminosidad. Pero tampoco se pueden esperar milagros como si fuera una Reflex…
- Enfoque: Ambas enfocan desde un primer plano (10cm aprox) hasta infinito. Tienen enfoque automático, perfecto para fotos a monumentos y paisajes lejanos.
- Modo “bulb” y doble exposición: esto puede sonar un poco a chino si es la primera (o la segunda) cámara que adquirís pero básicamente significa que puedes dejar el obturador abierto a tu antojo. Se traduce en lo siguiente: poder hacer light painting, fotos del atardecer sin que salga muy oscuro y cosas así. Hurgando un poco por internet podéis ver las maravillas que se pueden hacer. La doble exposición significa fusionar dos fotos en una, es como un montaje de Photoshop algo primitivo pero bastante artístico y original.
- Ambas tienen memoria interna (no muy exagerada) y la posibilidad de ampliar mediante MiniSD.
Diferencias con la SQ10
- Pantalla: La SQ20 la tiene un poco más pequeña (2,7″ en comparación con las 3″ de la SQ10) lo que significa una pérdida de resolución (en la pantalla, no en las fotografías). Es decir, vamos a ver en la SQ20 las fotos un poquitín peor que en la SQ10
- Botón de selección de modo: esta pérdida de tamaño de la pantalla ha ayudado a que la SQ20 incorpore un botón con el que moverte más fácilmente entre los modos “foto-collage” y “movimiento-vídeo” sin tener que estar trasteando en los botones del menú.
- Batería: en la SQ10 es extraíble y en la SQ20 no, esto se puede considerar como un pro o un contra según opiniones individuales de cada uno. Como la SQ20 tiene opciones más dinámicas como las mencionadas anteriormente, la batería se resiente un poco menos y dura un poco menos que la de la SQ10 pero no deja de ser el peaje que se paga por grabar un vídeo y demás.
- Tamaño y peso: la SQ20 aunque es una pizquita más ancha que la SQ10, es más ligera, 10 gramos pero más ligera al fin y al cabo.
- Gadgets: La SQ20 cuenta con un espejo selfie incorporado en la parte del objetivo del que carece su hermana menor, la SQ10.
Otras funcionalidades que te van a encantar:
- Fotos de cuádruple enfoque: en un solo papel fotográfico la cámara capta 4 fotos en diferentes lapsos de tiempo proporcionándote un efecto diapositiva o collage muy bonito.
- Grabación de vídeo: Puedes grabar un vídeo y seleccionar el fotograma que más te guste. No tiene la opción (aunque compleja) de su hermana la Instax LiPlay que sí graba sonido y lo deja reflejado en un código QR.
- Modo Split: para los que saben de fotografía el Split es como un objetivo más que combina dos circunferencias para que el fotógrafo, a su gusto, las gire y tape la parte de la fotografía que más le convenga. En la fotografía digital es considerado como un elemento completamente analógico que depende únicamente de las manos. El modo Split en esta Instax SQ20 es digital, no hay que ponerle nada y puedes elegir entre los 4 modos que hay para hacer la división.
- Impresora portátil: Haciendo algunos malabares con las tarjetas MiniSD y el ordenador puedes hacer que tu cámara imprima cualquier foto que hayas hecho con otro dispositivo.
¡Y hasta aquí el resumen! Espero que os haya gustado (a los poquitos que seáis) y que disfrutéis de vuestro hobbie, de vuestra cámara, de la fotografía y de la vida en general. Nos leemos en el próximo post.
Me han salido agujetas en los dedos… T_T